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En los últimos años se habla mucho del famoso self-love en inglés; recibimos mensajes por todos lados del estilo “ priorízate", "quiérete" y "ponte la primera”.
El amor propio está de moda. Y es maravilloso, pero ¿es solo eso?, ¿una prenda que me pongo porque todo el mundo la lleva? ¿o es algo que ha venido para quedarse?
Estoy segura de que, al igual que yo, la teoría te la sabes muy bien, pero ¿qué pasa a la hora de la verdad? ¿es tan fácil como parece?
Yo diría que no. No es que un hada madrina con su varita mágica vaya a entrar un día por tu ventana para lanzarte el hechizo de quererte a ti misma por siempre jamás.
El auto-amor no es lineal ni permanente; tiene sus altos y bajos, como todo. Es un proceso, un camino de vida.
En estos años que llevo acompañando a mujeres y creando espacios de sostén y apoyo mutuo he visto que hay un denominador común entre la mayoría: nos olvidamos de nosotras mismas en determinadas situaciones. Priorizamos el cuidado de la otra persona y no el propio, sentimos dificultad por expresar nuestra necesidad, nuestro límite, nuestro deseo real…
Y, de repente, un día empezamos a sentirnos drenadas de energía, sin ganas, desconectadas y no sabemos por qué. No nos damos cuenta de que por estar tanto en el afuera -en el contentar, complacer, servir, o hacer para el resto y no para nosotras- perdemos el propio centro y, desde ahí, es complicado mantener el equilibrio.
Entonces, ¿cómo me elijo a mí misma?
Hay muchas formas y podría escribir párrafos con ideas como: meditar, practicar la autoobservación, escribir, bailar, tener citas contigo… Te invito a explorar y crear tu propia rutina de autocuidado: escoge aquello que te hace bien y repítelo a menudo.
“ Algo de lo que sí quiero hablarte, porque a mí personalmente me ayuda, es sobre rodearte de mujeres que te recuerden de qué trata el autoamor. Tener espacios, encuentros y personas que te sirvan de reminder.”
Eso es lo que hacemos en nuestros círculos de mujeres y retiros. Nos recordamos unas a otras la necesidad de cuidarnos. Nos juntamos para compartir cómo estamos, lo que nos mueve, lo que nos preocupa y apasiona. Nos hacemos de espejo para aprender y crecer juntas.
De esta forma, entre todas, conseguimos que el amor propio no sea una moda, sino que se convierta en una de nuestras prioridades.
En definitiva, encuentra cuál es tu fórmula de autocuidado e integrala en tu rutina. Ve de a poco y ten paciencia; recuerda que es un proceso no lineal y no necesariamente siempre hacia adelante. Quizá un día te olvides y acabes hasta el moño de estrés por no haber parado antes a respirar profundo.
Es normal, eres humana. Date cuenta de ello y retoma tus cuidados tan pronto como puedas.
Déborah Brime I Alternative & Holistic Health Service
FOTOS BY: Mariana Borau