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El embarazo no es necesariamente una época fácil y feliz para todas las mujeres. Durante esta etapa, las mujeres experimentan importantes transformaciones físicas que afectan a su vida y los numerosos cambios hormonales aumentan las dificultades emocionales, lo que hace que aumente la ansiedad.
Si a lo anterior le añades el estar embarazada en plena pandemia de COVID-19, esta ansiedad puede triplicarse, debido a la incertidumbre (vacunas sí o no, parir con mascarilla, protocolos hospitalarios que cambian cada día…) y por supuesto la amenaza del propio virus en sí.
Todos estos cambios que experimenta la mujer embarazada pueden ser una oportunidad para crecer y prepararse para la maternidad, pero también una gran fuente de miedos e inseguridades.
Hoy me gustaría hablaros de esos miedos que todas tenemos, pero que rara vez externalizamos, porque se supone que tenemos que estar tan felices e ilusionadas que hemos de poder con todo. Muchas veces no confesamos a nadie estos temores, ni siquiera a nuestra pareja o seres queridos, pero el hecho de compartirlos con otras mujeres que puede estar experimentando lo mismo nos ayuda a afrontarlos con mayor confianza y determinación.
En mi propia experiencia como mujer embarazada (es mi tercer embarazo), puedo admitir abiertamente que he tenido miedos en mis anteriores embarazos y los tengo ahora. De hecho, con cada embarazo mis miedos han ido en aumento, ya que el desconocimiento inicial del primero se desvaneció con cada nuevo embarazo.
También gracias a mis clases de yoga prenatal he podido conocer de primera mano los miedos e inquietudes de muchas de mis alumnas que, con el tiempo, han cogido la confianza necesaria para abrirse y compartirme sus inquietudes.
A este respecto, he podido detectar que suelen ser las mismas y varían según el trimestre. He aquí algunos de los miedos más comunes:
1. Miedo a perder al bebé o problemas durante el embarazo
Este es uno de los temores más comunes. A algunas mujeres les preocupa que el embarazo no vaya bien o que hayan hecho algo que pueda perjudicar la salud de su bebé. Si la futura madre ha sufrido un aborto espontáneo, ha dado a luz prematuramente o ha tenido problemas de fertilidad, también puede preocuparle que su cuerpo no sea capaz de llevar el embarazo a término. Además, la espera de los resultados de las pruebas médicas realizadas durante el embarazo puede poner más nerviosas a algunas futuras madres.
Al margen de las situaciones imprevisibles e incontrolables que, como todo en la vida, puedan ocurrir en el embarazo y el parto, lo importante es tratar de reducir el riesgo de problemas con lo que esté a nuestro alcance. Eso incluye llevar un buen control gestacional y tratar de reducir la ansiedad a través de ejercicios de relajación (yoga, meditación, actividades que nos aporten placer...). Es importante centrar su energía en lo que puede controlar y dejar de lado el resto.
2. Miedo al parto
Este es uno de los miedos más frecuentes y admite muchas variantes. En especial, creo que los mayores miedos son a lo desconocido (si eres primeriza) y el miedo a posibles dificultades o problemas durante el trabajo de parto.
Como digo, es quizás el miedo más habitual y supongo que es algo innato a la naturaleza humana. El miedo también puede verse amplificado por historias negativas sobre el parto que han escuchado de amigos o familiares, o por representaciones dramáticas vistas en la televisión.
El mejor consejo que te puedo dar es que confíes en ti misma y en tu bebé. Sabrás lo que hacer y tu bebé también, llevamos pariendo millones de años, forma parte de nuestra naturaleza y nuestro cuerpo sabe cómo parir, aunque no seamos conscientes de ello. Así que la confianza en una misma es clave. Y por otro lado confía en las personas que te acompañen en ese momento (ginecólogo, matrona, doula, tu pareja…).
3. Miedo a perder el controlo o a no “ hacerlo bien ”
Este miedo también es muy habitual. Hemos visto y oído tantas historias de partos que muchas pensamos que podemos “ no hacerlo bien” en el momento de nuestro parto.
Si quieres gritar, grita, si quieres llorar, llora, si quieres reír, ríe…escucha a tu cuerpo y déjate llevar. Vive intensamente ese momento y no pienses en cómo deberías actuar, sentirte o reaccionar…conecta con tu instinto más primitivo y deja de lado tu parte más racional.
4. Miedo a ser capaz de enfrentarme a lo que viene después
El posparto es un período muy intenso con muchos cambios a nivel hormonal y emocional. Es agotador y duro, pero a la vez maravilloso. El miedo abarca no sólo la sobredosis emocional (y hormonal) que tendremos, sino además el cansancio y el hecho de experimentar un nuevo rol y situación. Además, también se refiere a la parte física del puerperio: curación de las heridas, que todo vuelva a su sitio, etc.
Con todo lo dicho, sólo nos queda recordar que ser valiente no consiste en no tener miedo, sino en saber cómo afrontar ese miedo.
“ Y que aún con nuestros miedos e inseguridades, vamos a ser las mejores madres que nuestros bebés puedan tener. ”