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Día 1 de mi ciclo lunar, es decir, primer día de sangrado.
Despertar desnuda, libre. Agradecer:
“ Gracias Vida, Gracias Tierra, Gracias Aire, Gracias Agua, Gracias Fuego, Gracias Éter. ”
3 respiraciones profundas y me pregunto “ ¿Cómo estás hoy Carla?”
Después de unos minutos sintiendo mis cuerpos mental, emocional y físico, me doy cuenta de que hoy estoy cansada, juiciosa conmigo misma y un poco triste.
Ir al baño y ver esas primeras gotas de sangre. Roja, poderosa. Ir al altar o espacio sagrado (no confundir con nada religioso). Alegría. Agradecer por mi sangre y todo lo que me enseña mes a mes. Agradecer a mis ancestras, gracias a su sangre estoy hoy aquí. Aquí y ahora.
Agua templada con limón, purificadora. Infusión de Salvia y Llantén. Dos plantas amorosas y sanadoras para nuestros días de sangrado. Cierro los ojos y pongo la taza con la infusión caliente en mi zona abdominal, en mis ovarios, para darles amor, calorcito y mimo. Siento su agradecimiento.
Bebo la infusión en presencia. Con cada trago soy consciente del efecto de estas plantas medicinales en mi cuerpo. Las dos son grandes depuradoras de la sangre y ayudan a aliviar la inflamación y, si hay, el dolor. Son dos poderosas aliadas para nuestro bienestar hormonal.
Me estiro en el mat de Yoga. Escucho algunos pájaros y miro las nubes. Digo en voz alta “ Ahora empieza mi práctica de Yoga” .
Empiezo la práctica para mis días de sangrado que diseñé y adapté a mis necesidades después de estar varios meses anotando las sensaciones al hacer unas asanas u otras durante esos primeros días de mi ciclo menstrual. ¿Qué posturas agradece mi cuerpo y cuáles no? ¿Con qué posturas siento placer y con cuáles no? ¿Qué tipo de respiración se siente bien en este momento?
El diseño de práctica que hice para cada “ fase” de mi ciclo lunar es una herramienta práctica para así no tener ninguna excusa mental de tiempo u organización que evite que haga mi práctica de Yoga diaria. Pero dentro de este diseño me permito experimentar, fluir y adaptar la práctica siempre a cómo estoy HOY, AHORA.
Hace un año y medio me di cuenta de que para obtener los beneficios de la práctica de Yoga y no generar el efecto contrario, debía adaptarla a mis propias necesidades, a mi cuerpo físico, mental y emocional del momento presente. Esa enseñanza profesor-alumna, One to One, resonó en mi corazón y empecé a descubrir y aprender lo que necesitaba mi ser. Al adaptar la práctica a lo que necesitaba en ese momento, todo empezó a tener sentido y empecé a sentir los beneficios del Yoga a un nivel mucho más directo y profundo que cuando seguía patrones de práctica generales que quizás sólo sirven a muy pocas personas.
Durante ese momento también ahondé más en la observación y estudio del ciclo lunar/menstrual y fue muy obvia la necesidad de adaptar la práctica a mi ciclo. Al entender en qué momento del ciclo estamos, podemos adaptar las energías de las asanas y los ejercicios de pranayama a las energías disponibles en nuestro cuerpo para así fluir con ellas y no ir en contra de ellas.
Cuando conocemos el ciclo lunar fuera (en el cielo) y dentro (en nosotras, representado en nuestro ciclo menstrual) y descubrimos qué energías hay dentro de nosotras y qué energías hay fuera, la vida se vuelve muuuucho más fácil. Es entonces cuando podemos entender lo poderoso que es este regalo, esta herramienta, para guiar nuestra vida. Así, inmediatamente dejamos de “ maldecir” u “ odiar” la regla y empezamos a AMARLA y honrarla y a utilizar todo nuestro ciclo para nuestras creaciones, nuestras manifestaciones.
De manera muy general, hay 4 fases en nuestro ciclo menstrual:
- Sangrado o menstruación
- Preovulación
- Ovulación
- Presangrado o premenstruación
Hay unas energías básicas que corresponden a cada fase debido a las hormonas que participan en ella; no obstante, cada persona vive esos momentos de manera única cada ciclo debido a sus circunstancias individuales internas y externas.
La práctica de Yoga y el Ciclo Lunar pueden considerarse herramientas de autoconocimiento. El prefijo AUTO- implica que TÚ, como ser único, te abras a ese mundo increíble que eres y disfrutes del proceso de conocerte y de saber qué es lo que te va bien a TI, no a tu amiga, tu profesora o tu madre, sino a TI. Este es el acto de más responsabilidad y generosidad que podemos hacer por nosotros y por todos los demás seres con los que convivimos.
Así, ahora, te comparto brevemente algunos conocimientos generales sobre esta primera “ fase” del ciclo menstrual y cómo adaptar a ella la práctica de Yoga; pero te invito a que empieces a experimentar por ti misma, desde tu intuición y escucha: qué es lo que TÚ sientes a nivel físico, emocional y mental en ese momento de tu ciclo. Si no sabes cómo empezar y quieres conocer más herramientas, con mucho gusto puedo compartirte lo que he aprendido hasta ahora y acompañarte durante el proceso de conocimiento de tu ciclo, tu práctica de Yoga o ambos. Simplemente contáctame y hablamos.
El momento del Sangrado equivale a la fase de Luna Nueva en el cielo. Oscuridad con camino. Cueva. Recogimiento. Muerte en vida. Quietud. Parar. Silencio. Imaginar. Soñar. Intuición. Desapego. Dormir.
Hay una energía hacia abajo y hacia dentro porque hormonalmente ha habido un descenso muy grande de progesterona y, por lo tanto, nos toca descansar.
La práctica de Yoga debe acompañar a esta energía de recogimiento y descanso y no ir en contra de ella. Si vamos en contra no obtendremos los beneficios que puede aportarnos y por el contrario, entraremos en guerra con el cuerpo y el corazón -la mente, el ego maleducado pueden engañarnos- y estaremos dañándolos a distintos niveles.
¿Cómo adaptar la práctica de Yoga a tus días de Sangrado? Algunos consejos…
- Hacer total o mayoritariamente posturas de suelo.
- No hacer invertidas (Sirsasana, Sarvangasana). Estas asanas revierten el cuerpo y generan una energía hacia arriba, cuando en este momento buscamos energía hacia bajo para dejar fluir nuestras aguas, nuestra sangre. Puedes hacer Apanasana, también considerada una postura invertida por tener las piernas sobre el torso pero que a su vez no genera esa energía tan ascendente como las otras dos.
- Hacer asanas de apertura de caderas como Baddha Konasana y la asana del Útero (similar a la anterior pero con los pies más separados de tus genitales).
- Si haces respiración Ujjayi durante tu práctica (la que más capacidad aporta al cuerpo humano), haz exhalaciones suaves. En la exhalación Ujjayi se crea Uddiyana Bandha, el abdomen va hacia dentro y hacia arriba, generando una energía ascendente contraria a la energía descendiente del sangrado. Durante esta fase, haz un suave y ligero movimiento hacia dentro, nada forzado; o incluso simplemente exhala con sonido, sin crear Bandha.
- Haz alguna postura que te apetezca de recogimiento o abrazo. Por ejemplo, estirada y acurrucada hacia un lado, recordando y honrando esos nueve meses que viviste en esa postura. O sentada totalmente recogida con rodillas hacia el pecho y abrazándote.
- Haz un ejercicio de pranayama con retención después de la exhalación para profundizar en el efecto de la respiración en tu abdomen.
- Descansa en Savasana con un Mudra triangular (representando tu útero) colocado en tus ovarios. Recibe la energía, calor de tus manos, extensiones de tu corazón.
- Y esto para todas las prácticas… acaba diciéndote en voz alta: TE AMO (y tu nombre). Repítelo tantas veces hasta que lo sientas como una certeza del corazón.
- Pon música suave y danza lento, dejándote fluir totalmente y masajeando tu zona abdominal con un movimiento descendiente.
Deseo que este compartir te sirva para empezar o profundizar en tu práctica de Yoga personal, en tu Ciclo Lunar y en ambas juntas.
Un fuerte abrazo y mucho amor,
Carla Luna